domingo, 8 de diciembre de 2013

Capitulo 6

-¿Qué haces?- pregunte divertida
-Soy fotógrafo, y mi trabajo es capturar todas las cosas bellas que veo-respondió sonriendo. Nuevamente le sonreí- ¿Te apetecería que fuéramos a montar en barca? Opino que puedo hacer buenas fotos desde una.
-Claro! –Respondí impaciente
Jorge se fue hablar con el hombre que las alquilaba, vi como saco unos billetes de su cartera y se los entrego.
-Ya esta! Todo solucionado- dijo sonriente- ¿Vamos?
-Vamos- dije alegre
Llegamos al pequeño embarcadero donde estaban todas las barcas y nos introducimos tambaleantes en una. Jorge empezó a remar alejándonos de la orilla. Nos pasamos todo el viaje en barca charlando y riendo. De vez en cuando Jorge dejaba de remar y hacia algunas fotos. Yo le contemplaba con una amplia sonrisa. Realmente era perfecto, un verdadero ángel. Una de estas veces Jorge me pillo observándole divertida.
-¿Qué pasa?- Pregunto divertido
-OH! Nada- respondí vergonzosa
-¿Y que hacías mirándome?- pregunto curioso.
-Pues…yo también soy fotógrafa…asique también capturo  cosas bonitas-respondí vergonzosa
-¿Y con que cámara?-preguntó riéndose
-Pues…con la mente…-respondí
-Esa es una buena cámara, pero ten, captura esa cosa bonita con la mía-dijo él
-Está bien-respondí- Cogí su cámara y enfoque hacia una barca que pasaba a nuestro lado. Hice una foto. Luego la enfoque hacia el, hice otra foto, y otra, y otra… El me sonrió y yo capture su sonrisa.
Pasamos una hora entre risas y buenas fotos. El sol se puso y nos dejo un perfecto paisaje que capturar.
-Es precioso-dijo Jorge.
-Si-respondí
-El momento, el lugar y la persona perfecta-añadió bajando la mirada y sonriendo. Yo asentí y perdí la mirada en el horizonte. Sabía que esto estaba mal, yo tenía novio y el era su mejor amigo. No podía hacerle esto a Alberto y menos con el, mi vecino, mi querido vecino.
El resto del camino hacia el embarcadero lo hicimos en silencio. Caminamos por el parque con el único sonido de nuestros monótonos pasos al rozar contra las hojas caídas de los árboles. De vez en cuando, el ángel que caminaba a mi lado comentaba algo sobre nuestra tarde capturando cosas bonitas, yo solo reía y asentía como respuesta.
Salimos de la boca del metro de atocha. Caminamos hacia nuestra calle en completo silencio. Era realmente incomodo. Iba por la acera contraria a la del bloque de pisos donde vivía.
-Adiós- le dije a Jorge y me dispuse a cruzar la calle pero antes de que pudiera dar un solo paso más, Jorge me agarro del brazo.
-Espera-susurro casi en mi oído. Estaba demasiado cerca y eso me gustaba.
-¿Que?-dije
-Gracias por darme una tarde perfecta contigo-dijo sonriendo


No hay comentarios:

Publicar un comentario